EUROPA PRESS
15 marzo 2016
El aumento de las
defensas antioxidantes podría retrasar el envejecimiento
Un estudio realizado por un grupo de científicos del Centro
Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) dirigidos por Manuel Serrano, en
colaboración con un grupo de
El
objetivo de los expertos ha sido aumentar globalmente la actividad de todas las
enzimas antioxidantes de la célula a través del incremento en los niveles del
NADPH, una molécula relativamente sencilla cuya importancia es clave para las
reacciones antioxidantes y que, sin embargo, hasta ahora no había sido objeto
de estudio en relación al envejecimiento.
Los
investigadores han utilizado una aproximación genética para aumentar los
niveles de NADPH. En concreto, han generado ratones transgénicos
con expresión aumentada en todo su organismo de una de las enzimas "más
importantes" para la producción de NADPH, la glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (o G6PD).
Los
resultados del trabajo, publicado en la revista 'Nature
Communications', indican que un aumento de G6PD, y
por lo tanto del NADPH, aumenta las defensas antioxidantes naturales del
organismo, protege del daño oxidativo, disminuye
procesos relacionados con la edad como la resistencia a la insulina y aumenta
la longevidad.
Antioxidantes para retrasar el
envejecimiento
"Como
era de esperar, las células de estos animales son más resistentes a
tratamientos oxidativos artificiales altamente
tóxicos, demostrando así que el incremento de G6PD realmente mejora las
defensas antioxidantes", ha explicado la primera firmante del trabajo y
actualmente investigadora en el Instituto de Medicina Molecular de
Más
aún, cuando los investigadores analizaron animales transgénicos
longevos, observaron que sus niveles de daño oxidativo
eran menores que los de sus compañeros no transgénicos
de la misma edad. También estudiaron la propensión de estos animales a
desarrollar cáncer y no observaron ninguna diferencia, lo que sugiere que
elevar la actividad de G6PD no tiene un efecto importante sobre el desarrollo
del cáncer.
Ahora
bien, uno de los principales hallazgos lo encontraron cuando midieron el
proceso de envejecimiento de los ratones transgénicos:
los animales con una expresión elevada de G6PD y, por lo tanto, niveles altos
de NADPH, envejecían de forma más tardía, metabolizaban mejor el azúcar y
tenían una mejor coordinación en sus movimientos al envejecer. Además, las
hembras transgénicas vivían un 14 por ciento más que
las no transgénicas, mientras que no observaron
efectos significativos en la longevidad de los machos.
"Este
aumento de la longevidad, aun siendo modesto, es llamativo teniendo en cuenta
que hasta ahora los intentos de aumentar la longevidad manipulando las defensas
antioxidantes habían fracasado", ha puntualizado el coprimer
firmante del trabajo e investigador del IMDEA Alimentación, Pablo
Fernández-Marcos.
Aumento global de la capacidad
antioxidante de las células
Con
estos resultados, los autores del trabajo han apuntado al uso de fármacos que
aumentan los niveles de NADPH como posibles herramientas para retrasar el
envejecimiento en humanos y aquellas enfermedades asociadas a él como la
diabetes, entre otras. Concretamente, la vitamina B3 y sus derivados son
responsables de la síntesis de los precursores del NADPH y son candidatos
idóneos para futuros estudios.
"Frente
a la aproximación tradicional de administrar antioxidantes que reaccionan
directamente con el oxígeno, nosotros hemos estimulado el conjunto de todos los
mecanismos antioxidantes naturales de las células a través de elevar G6PD y su
producto, el NADPH", ha zanjado la coautora del trabajo e investigadora de
El
estudio ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad,